viernes, 29 de enero de 2010

TIM HARFORD: El economista camuflado (2007)




EL ECONOMISTA CAMUFLADO

Tim Harford (Inglaterra, 1973) es un Economista y columnista británico, que reside en Londres. Es autor de dos libros de economía, presentador del programa de la BBC, Trust me, I´m an economist y escribe una columna satírica, "Dear Economist" en el Financial Times, en la que mediante teoría económica trata de resolver problemas personales de los lectores del periódico. Su otra columna en The Financial Times, "The Uncover Economist", se publica en el suplemento Slate. Actualidad Económica publica también artículos suyos, traducidos al español.


Harford estudió en la Universidad de Oxford, obteniendo su BA (grado) en economía. Posteriormente, realizó un máster en la materia, en 1998. Entró en The Financial Times en 2003, como becario. En 2004 logró unirse a International Finance Corporation, y siguió escribiendo su columna, y retornó al Financial Times, en 2006, como jefe de la sección de Economía en abril de 2006. Es miembro del consejo editor del periódico. En octubre de 2007, Harford reemplazó a Andrew Dilnot como presentador del programa More or less, de Radio 4 de la BBC.





Estimado Economista Camuflado:
Mi mujer y yo no nos ponemos de acuerdo sobre cuánta televisión dejar ver a nuestros hijos (de cuatro y dos años). Ella es más tolerante con la televisión, quizá porque pasa más tiempo cuidando a los niños y necesita descansar. ¿Cómo podemos salir del punto muerto?
PAUL MITCHELL, WEDOVER, BUCKS.

Estimado Paul Mitchell:
No estoy seguro de que aquí haya un auténtico desacuerdo. Tanto tu mujer y tú deseáis que vuestros hijos destaquen en el colegio. Tu mujer quiere un poco de tranquilidad y vuestros hijos quieren ver la tele. Solo hay un problema si esgtos requisitos se excluyen mutuamente.
Y no parece ser el caso. En un nuevo documento de trabajo, los economistas Matthew Gentzkow y Jesse Shapiro, de la Universidad de Chicago, analizan la televisión en el efecto de los exámenes y en las futuras carreras de los niños y encuentran que ese efecto es pequeño y positivo. En los niños cuyos padres no hablan inglés el efecto es más marcado.
Estudios anteriores confundían los efectos de la televisión con las circunstancias familiares que animaban a que los niños la vieran. Estoy dispuesto a apostar a que los niños de padres con camisetas de malla tienden a sacar peores resultados en el colegio, pero la culpa no es de las camisetas.
Gentzkow y Shapiro analizan la expansión de la televsisión en Estados Unidos. Nueva York tenía televisión desde 1940, pero Denver tuvo que esperar hasta 1952. Cuando la televisión estuvo disponible, los niños se pasaban unas tres horas delante de ella, con una programación poco educativa y muchos anuncios. Así que si la televisión es tan mala, el cerebro de los jóvenes neoyorquinos debería haberse estropeado antes que el de los ciudadanos de Denver. Y no fue así.
Olvida tus prejuicios y disponte a pasar un educativo día con la gallina Caponata. Puede que aprendas algo.
Un saludo con ojos cuadrados, el Economista Camuflado

No hay comentarios: